La camiseta del Betis

Aprovechando que se ha jugado el derbi Sevilla-Betis, os traigo lo que me pasó en un cole con un alumno, un autógrafo y una camiseta del Betis.

10/21/20242 min leer

En mis talleres todos los niños y niñas que participan se llevan un detalle de regalo a modo de recuerdo y muchas veces me piden que se lo firme. También hay quien trae alguno de mis libros, un cuaderno súper mono destinado a autógrafos o... ¡una camiseta del Betis! Así, tal cual lo estáis leyendo.

Yo estoy segura de que ese chiquillo cuando sus padres le compraron la camiseta pensó que sería genial que alguno de sus ídolos verdiblancos le estampasen su firma en ella, pero no creo que ni él ni sus padres se hubiesen imaginado nunca (yo tampoco), que la firma que llevaría su hijo en la camiseta iba a ser la mía.

Os cuento cómo fue. Hay un momento en el taller en el que aparecen en escena los carnets del Betis y del Sevilla; momento en el que yo les digo que soy bética (espero que mis lectores y lectoras sevillistas no me lo tengan en cuentan). El caso es que este chico iba con su camiseta puesta y le hizo mucha ilusión conocer ese detalle; tanto que cuando llegó el momento de las firmas me dijo textualmente: "A mí, fírmame la camiseta".

- ¿Cómooo? ¡Sí, claro! -le respondí en tono de broma.

- ¡Que sí, que yo quiero que me la firmes! -me contestó.

- Chiquillo, ¿pero tú no te das cuenta de que como te firme la camiseta tus padres se van a acordar de mi toda la vida?

-¡Pero si es falsa! Tú fírmamela que no me dicen nada -me soltó.

-¡Venga seño, fírmasela ya que nos tenemos que ir a clase y no da tiempo! -escuché que me decía alguien.

Así que deseando en mi fuero interno que la camiseta fuese de verdad falsa y que esos padres no se acordasen de toda mi familia, le puse a la altura de la cintura (y no a la del pecho como él quería): "Javier, bienvenido a la Pandilla" seguido de mi firma literaria. Él se fue súper feliz y yo me sentí por unos segundos como si hubiese marcado en un derbi el gol de la victoria .

He de decir que aunque estuve varios días esperando alguna reseña de esa familia, nunca llegó, así que quiero pensar que tampoco les pareció tan mala idea que su hijo llevase estampada la firma de alguien que, aún no siendo una estrella del fútbol, les llevó un poco de magia a través de la Literatura.

**El nombre del bético es inventado. La historia no; así que si algún día lees este post, ¡gracias, Javier!